PETRO POR SIEMPRE (IV)

PETRO POR SIEMPRE (IV)

EL "CAOS JURÍDICO" TIENE NOMBRE PROPIO

(Octavio Quintero, 23 de abril del 2014)
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Semana.com,  y en general todos los medios, registran en primer plano el “caos jurídico” que se vive en Bogotá ante el nuevo episodio del caso Petro, cuya restitución al cargo de alcalde fue ordenada en las últimas horas por el Tribunal Superior de Bogotá…
Pero lo que nadie dice por ninguna parte es que ese “caos jurídico” fue provocado por el procurador, Alejandro Ordoñez, al forzar la destitución e inhabilidad del alcalde de la capital impulsado solo por dos motivos: sus convicciones políticas y religiosas…
Y ahora tratan de lavarle las manos al presidente Santos diciendo algo así como que nada tiene que ver en el asunto, pues, todo lo que hizo fue “respetar las instituciones”, como si la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), no fuera también una institución vinculada al ordenamiento jurídico nacional en lo que llaman el “bloque de constitucionalidad”.
El caso Petro, como se ha advertido aquí en reiteradas oportunidades, va para largo. La tutela que convulsiona hoy a Bogotá y arranca frases tan fuera de lugar como esa misma del procurador de que se trata del último homenaje póstumo a Gabo (¿?), parte de un nuevo caso: el hecho de que el presidente Santos haya desatendido la medida cautelar pedida por la CIDH, aduciendo lo que muy seguramente le sugirió el procurador Ordoñez de que no era vinculante.
¿Cuánto tiempo consumirá este nuevo episodio jurídico? Podría hablarse de dos meses entre fallos y apelaciones que, como lo advierten muy diligentemente los medios proclives a la destitución e inhabilidad de Petro, tampoco le asegura nada en el caso de fondo que arrancó ese nefasto 9 de diciembre del 2013 en que el Espíritu Santo dejó de alumbrar al procurador Ordoñez, y metió las patas en el fango del que, por tratar de salir airoso, lo que hace es hundirse y hundir más a ese establecimiento que ya casi se le viene encima.
Por su lado sigue la demanda de nulidad instaurada por el propio Petro ante el Consejo de Estado, también con petición de medida cautelar que está por resolverse en los próximos días…
¿Qué tal que también se le otorgue? Y si fuera así, tampoco le resuelve nada de fondo.
También revive la revocatoria del mandato popular que, al volver el “burro al trigo”, ahora comienza a verse como la mejor salida que pudo ser y no fue, precisamente por las artimañas que se tejieron entre la Procuraduría, la Registraduría y la Presidencia desde el Ministerio de Hacienda, para que se aplazara la primera convocatoria con el fin de darle tiempo a los magistrados del Consejo de Estado de asestar el golpe de gracia.
 Y, por supuesto, también siguen pendientes las instancias internacionales de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, éstas últimas que tendrán que esperar a que se apague la última luz del ordenamiento jurídico nacional para poder asumir a fondo el caso Petro enmarcado en el mandato del Pacto de San José en el sentido de que  solo mediante sentencia judicial, debidamente procesada, se puede remover del cargo a un funcionario público de elección popular…
Y ese es el quid del asunto…
Esta historia continuará…