PALABRAS Y EMOCIONES

PALABRAS Y EMOCIONES

Violeta Yangüela

--Columnista en GES--

(Grupo Editorial El Satélite)
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Cada año el Diccionario Oxford selecciona la palabra del año. Para el 2016 la palabra elegida ha sido post-truth, o sea post-verdad.
Según el Diccionario de Oxford el uso de ésta palabra aumentó en 2,000% con respecto al 2015, especialmente cuando se realizó el referéndum en el Reino Unido que aprobó la salida de la Unión Europea y un segundo caso se registró días antes que se celebraran las   elecciones  en  Estados Unidos.
Se refiere a “circunstancias en las que los hechos objetivos tienen menor influencia en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”.
El prefijo quiere decir que “pertenece a un tiempo en el cual el concepto específico se ha vuelto insignificante o irrelevante” o sea, lo que queda atrás, está superado.  La era en la que algo que aparenta ser verdad es más importante que la propia verdad. Lo verdadero no es lo que ocurre, sino lo que se dice.
En pocas palabras lo que importa no es la realidad sino su “percepción”.
La Fundación para el Español Urgente (FUDEU-BBVA) ha elegido “populismo” como la palabra del año 2016.
Según la explicación del coordinador de la Fundación, Javier Lascuráin, “lleva algún tiempo en el centro del debate político y que desde el punto de vista lingüístico está viviendo un proceso de ampliación y cambio de significado, cargándose de connotaciones negativas.  El uso que se le da en los medios y en el debate político va mas allá de la simple  defensa de los intereses populares que mencionan, con distintos matices, la mayoría de los discursos”.
De acuerdo al funcionario “suele aplicarse a los políticos de todas las ideologías pero que tienen en común la apelación emotiva del ciudadano y la oferta de soluciones simples a problemas complejos”.
Para algunos ha llegado la era del populismo en toda la geografía. Los ejemplos no faltan. Podemos en España, el Frente Nacional en Francia, el Movimiento 5 Estrellas en Italia, Alternativa por Alemania,  Amanecer Dorado en Grecia y la cuenta sigue. Por supuesto sin  dejar fuera a Donald Trump en Estados Unidos.
Parecería que la apelación a las emociones del populismo y la post-verdad, ha invadido la aldea global. Por supuesto el instrumento de comunicación no podía faltar. Le llaman las redes sociales.
Dice el articulista Raúl del Pozo “ésta ya no es una democracia de oradores sino de  tuiteros. Las luchas por el poder se desarrollan en las redes sociales. Lo viral, lo que se propaga como un virus, ha sustituido a lo veraz que ya nadie está seguro de lo que es verdadero”.
¡Los jugueticos digitales!