PAGANDO POR VER

DEL SÍ AL SÍ: ENTRE CIEGOS Y EMOTIVOS

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Nota de GES (Grupo Editorial El Satélite).- La economista Lilia Beatriz Sánchez, es una distinguida profesional que durante toda su vida ha luchado por la justicia social en los distintos escenarios que se le han ofrecido o ella misma ha fabricado. Presidenta de la Sociedad Colombia de economistas por muchos años y coordinadora de la Comisión de altos estudios económicos y sociales, de la que participaron excelsos personajes de la vida nacional de ayer y de hoy.

La doctora Sánchez es contertulia esporádica de GES (ojalá fuera más asidua), y ante el más reciente análisis de nuestro habitual columnista, el excelso jurista, Jaime Araujo Rentería: “Sustentación del NO y NO”, nos remite su valiosa opinión que dejamos a consideración de nuestros abonados.

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Muchas gracias, pero…

Agradezco el envío del presente escrito, pues, en el pasado he admirado al jurista que lo escribe, Jaime Araujo Rentería. Me sirve para ilustrarme ciertamente, pero en definitiva, no puedo estar de acuerdo con él esta vez.  Dígase lo que se diga, votaré por el SI.

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Mi pensamiento no es de tipo político, ni apoyo a nadie del Sí o del NO, solo pienso que nuestro país debe pasar la página del odio y de la venganza, pues, no más desde el punto de vista espiritual, los colombianos debemos comenzar a perdonar. Si el tema es “ojo por ojo y diente por diente”, todos quedaremos ciegos y muecos.   O como dijo Alfonso Cano “Nos veremos dentro de 10.000 muertos”, sin saber que él mismo caería antes.

Estoy en desacuerdo en que ser opositor se convierta solamente en mantener una hoguera de odios prendida sin ton ni son, donde todo es absolutamente malo y desconocer también las cosas buenas, y aquí en este acuerdo de La Habana, también hay cosas buenas. El problema es que cada uno lo ve desde su propia profesión, sin mediar un análisis de 360°. ¿De qué nos estaremos perdiendo cuando somos opositores sectarios? Sectarismo, es estar metido dentro de una caja que no me deja ver nada positivo en ninguna parte.

Así que, por ahora, prefiero la opción del optimismo y la de aventurarnos en nuevos riesgos, que no sean los mismos de siempre, pues, nunca habrá seguridad total en lo que buscamos.  En la medida en que se pueda salvar más de 1 vida por este hecho del Acuerdo, ya habremos ganado.

Amylkar Acosta acaba de escribir hoy esto:

“Sin hipérboles, podemos afirmar con el expresidente español Felipe González, que el paso que está a punto de dar Colombia es “comparable con la caída del muro de Berlín y la capacidad que tuvo la reunificación alemana para aunar a todo un país frente a un proyecto común. Ésta es la oportunidad, como diría el precursor de nuestra independencia José Acevedo y Gómez, única y feliz, que no podemos dejar escapar, para reunificar a nuestro país en uno sólo y con una visión compartida, que pasa por la inclusión y la cohesión social, que es lo que nos habrá de deparar el cumplimiento de lo acordado.”

Siempre gracias por los envíos de los análisis de El Satélite, pero hoy hago uso de mi derecho a disentir cordialmente de Jaime Araujo Rentería, que por demás, es un ser humano que admiro mucho y le tengo profundo afecto, pero pienso que el hecho de ser un jurista constitucionalista, lo lleva al fondo de análisis que hoy pueden no ser necesariamente útiles, pues el problema no es necesariamente jurídico, sino posiblemente y sobre todo de carácter espiritual, aunque suene esto sorpresivo. Pero no por eso, debo perder mi propia capacidad analítica.

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Pagando por ver

Síntesis de GES.- Cuatro grupos parecen ya definidos a medir fuerzas en el plebiscito del 02 de octubre: los santistas, los uribistas, los constitucionalistas y los independientes. Los dos primeros van a votar a ciegas, movidos solo por su mutua repugnancia; los constitucionalistas se van a abstener en su gran mayoría, y algunos meterán a las urnas la papeleta por una constituyente,  como propone el exmagistrado Araujo Rentería. Y los independientes, estos que votarán a consciencia, decidirán la suerte del plebiscito, probablemente en favor del SÍ, pues, se desprende de su posición, que están dispuestos a correr el alto costo jurídico, económico y político inmerso en los acuerdos de La Habana, con tal de liquidar al menos, “así no fuera más” –dicen-- este largo y cruento enfrentamiento Gobierno-Farc.