NO MÁS IMPUESTOS

Opinión/JORGE VERGARA CARBÓ

(Edición El Satélite)

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Si en Colombia no existiera tanta corrupción, evasión, elusión, exenciones y deducciones tributarias, no habría necesidad de aumentar los impuestos, y menos el del IVA que,  según el exministro de Hacienda, Guillermo Perry, debería llevarse hasta el 23%. Más papista que el papa resulta este consagrado hacendista, cuando la propuesta del BIRF, FMI, BID y OCDE, es de 19%, que ya de po sí, sería insoportable a una población empobrecida en su mayoría.
 
Entre evasión, elusión, corrupción de la DIAN , exenciones y deducciones, el Estado deja de recaudar más de $30 billones de pesos anuales, dinero suficiente para sanar el déficit fiscal del 3.5% del PIB, el cual para poder resolver, el gobierno dice estar obligado a aumentar  los impuestos  a través de una nueva reforma tributaria que no conocemos en detalle, pero de la cual solo se habla con intensidad (como si fuera la única solución), aumentar el IVA y gravar las pensiones mayores de cinco millones de pesos mensuales.
 
A nuestro juicio, la reforma tributaria debe estar encaminada a mejorar la mala distribución de la riqueza, una de las peores del mundo, solo comparada con la de países africanos y Haití. De tal forma que los ricos paguen como ricos. No puede recaer la carga tributaria en las mismas clases media y media alta. Igualmente debe sancionarse con cárcel a los evasores, como a los lavadores de dinero y especialmente a quienes sacan nuestro dinero a otros países (fuga de capital), producto de negocios lícitos o ilícitos, pero que de una u otra forma desangran nuestra economía.
 
El peor daño que se le hace a  una economía, es sacarle circulante  en forma legal o ilegal para llevárselo a paraísos fiscales. Eso es un crimen en Estados Unidos y la Unión Europea: el peor de los crímenes.
 
En América Latina la fuga de capitales es alta,  y parte de los problemas económicos que hoy atraviesan estas economías, es producto de esa fuga de capitales. Diferentes investigaciones al respecto han denunciado que solo en Argentina, entre 2002-2012, los capitalistas sacaron del país hasta 400.000 millones de dólares. En Colombia, podemos estar hablando, según la DIAN, de más de 100.000 millones, de los cuales en Panamá tendríamos  US$30.000 millones. En Venezuela, con su control de divisas y todo, se han fugado más de 406.000 millones de dólares en los últimos 10 años; de Brasil, US$519.500 millones; de México US$417.500 millones y de Chile US$ 105.000 millones. Todos estos capitales de América Latina gozan de cabal salud en paraísos fiscales o en Estados Unidos.
 
Así como la paz es un problema de todos, la reforma tributaria que el gobierno presentará en el segundo semestre de este año, debe ser tema de interés de todos los colombianos que debieran prepararse para decirle al gobierno “no más” impuestos a las clases media y media alta, ni más cargas a los pobres; grave a los ricos como ricos; impida la fuga de capitales, lavado de dinero, evasión,  elusión, privando de libertad a los infractores, sean quienes sean.
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