LA TRAMPA PENSIONAL

LA TRAMPA PENSIONAL

Opinión El Satélite/Octavio Quintero

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Los pensionados del común y corriente, que son como el 90 por ciento, no se explican por qué sus  mesadas cada vez les alcanza para menos cosas: aquí se lo explicamos, someramente.
 
1º- Porque cuando usted se pensiona, de entrada pierde como el 30 por ciento de su sueldo básico como trabajar activo.
 
2º- Porque inmediatamente le cargan a su mesada el 8 por ciento del aporte a salud que venía haciendo el empleador, quedando usted con una carga parafiscal del 12 por ciento.
 
3º - Porque anualmente el reajuste de su mesada apenas es igual a la inflación general registrada por el Dane, y esta es la clave de la trampa pensional que explicó hace rato el corresponsal-pensionado, Arnoldo Ramírez (aramirezbarco@gmail.com), y que no sobra volver sobre el asunto a manera de animar la lucha de los pensionados por sus reivindicaciones.
 
El asunto es sencillo de explicar: usted, señor pensionado, recibió un incremento pensional del 3,66% para el 2015, que fue la inflación registrada en el 2014… Pero la inflación registrada en el 2015 fue del 6,77%, es decir, una vez copado el incremento del 3,66% que le hicieron, los puntos porcentuales adicionales –3,11--  fueron por cuenta suya, es decir, disminuyendo su capacidad adquisitiva.
 
En este año de gracia –2016-- el incremento pensional fue del 6,77 por ciento, que fue la inflación del 2015. En lo que va corrido del año –enero-junio—la tasa de inflación general llega al 5,60%, aproximadamente. Es decir, si en los seis meses restantes –julio-diciembre—la inflación general sobrepasa el 1,77%, que es lo que resta para igualar el incremento de principios de año del 6,77%, los puntos porcentuales adicionales también correrán a cuenta suya, señor pensionado.
 
Y esta es una situación que se repite año tras años. Por eso es que un pensionado, de esos muchos miles que solo están entre 1 y 3 salarios mínimos, al cabo de 5 años, por ejemplo, está fuera de combate, ¡liquidado!
 
Damos plena fe aquí de las estadísticas del Dane que por lo general, desde que este organismo sea una dependencia directa de la Presidencia, siempre será manipulado. Pero bueno, doblemos esa doliente hoja para hacer otras consideraciones.
 
Habrán notado que hablamos de “inflación general”: es la que una vez sumada la inflación de todos los grupos, arroja un promedio que se llama “inflación general”.
 
Los grupos que recogen todos los artículos de la canasta familiar son doce: 1) Alimentos y bebidas no alcohólicas; 2) Bebidas alcohólicas, tabaco y estupefacientes; 3) Prendas de vestir y calzado; 4) Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles; 5) Muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria del hogar; 6) Salud; 7) Transporte; 8) Comunicaciones; 9) Recreación y cultura; 10) Educación; 11) Restaurantes y hoteles; 12) Bienes y servicios diversos.
 
Estas agrupaciones tienen cada una su propia inflación y, también, su volumen de consumidores, según la capacidad de ingreso de cada quien. Hay unos esenciales y son los básicos, aquellos que son demandados tanto por ricos como por la clase media y pobre: alimentos y servicios públicos, por ejemplo. Otros, también muy necesarios pero que la clase media y pobre pueden hacerle gambetas, según las circunstancias económicas del momento: salud, educación y transporte, por ejemplo. Y, por último, para no alargar el cuento, hay otros grupos poco demandados por la clase media, y casi nunca por los pobres: muebles, prendas de vestir, recreación y deporte, restaurantes y hoteles…
 
En conclusión: a las clases medias y pobres se les carga, vía inflación, el consumo de los ricos que,  al entrar en el promedio, baja el índice general con el que están reconociendo, en el caso que analizamos, el incremento anual de la pensión.
 
Digamos, para tomar un ejemplo clásico, que la inflación de Alimentos, que tanto ricos como pobres consumen, fue entre enero-diciembre (de cualquier año) del 12%; y que en ese mismo año, Recreación y Deportes, del que solo disfrutan los ricos, fue del 6%, y si no hubiera más grupos que estos dos, el promedio de inflación sería 12 + 6 / 2 = 9. Así, cuando al pobre solo le aumentan el 9, le están “robando” 3 puntos de la inflación de alimentos que se fueron al bolsillo del rico para que pueda seguir consumiendo más recreación y deporte.
 
La lucha es muy desigual, pero hay que darla. Los pensionados vienen trabajando fuertemente por la reducción del aporte a salud del 12 al 4 por ciento, pero no deben olvidar que otra lucha en su restitución de equidad y justicia social, es el incremento anual de su mesada igual al salario mínimo que se aplica a todo el mundo.
 
No hablemos ni siquiera el por qué, en razón de qué y cuándo a alguien se le ocurrió que al uno pensionarse no debería ganar más del 70 por ciento de lo que venía ganando como trabajador activo, como si por el solo hecho de pensionarse a una persona se le redujeran sus gastos familiares básicos: comida, servicios públicos y transporte que siguen siendo elementales en la vida de cualquier persona, independientemente de su edad.