LA PRELACIÓN A LO MORBOSO

El rating le indica a los medios de comunicación que tiene más acogida el manoseo de una respetable señora en TransMilenio que el manoseo de millones de pacientes en los hospitales

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Opinión El Satélite

(21/11/15)

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El colega comunicador del Valle, Édgar Victoria González, critica la marcada explotación morbosa de los medios de información en Colombia, llenando espacios con noticias de baranda y farándula.
 
En su reclamo público, el comunicador afirma que los medios nos están intoxicando con sus cotidianas noticias sobre robos, asesinatos, atracos, accidentes, etc., y resulta evidente que los noticieros, sobre todo los de TV, le dan prelación al manoseo de una señora en TransMilenio que a un debate de control político en la Cámara de Representantes sobre la crisis en el sistema de salud.
 
De ésta tendencia informativa se desprenden hechos tan insólitos como la reciente afirmación del ministro de Salud de que es una mentira decir que la salud está en crisis… Que haga semejante afirmación y siga en el cargo es porque a nadie le importó lo que dijo; y no le importó porque, precisamente, los medios no le dieron la suficiente importancia a tan dislocada apreciación de tan alto funcionario…
 
Que no haya habido una reacción masiva de los medios en contra de semejante afirmación, implica algo tan grave como que, entonces, son fundadas las responsabilidades que a diario se le endilgan al gobierno sobre el diseño de un modelo constitucional y legal que favorece el negocio, en detrimento del goce efectivo del derecho a la salud por parte de la población.
 
De ésta desidia informativa se desprende igualmente el insólito hecho de que solo 10 parlamentarios, de los 166 congresistas que componen la Cámara de Representantes, hubieran permanecido en el recinto hasta el final de ese debate de control político llevado a cabo el pasado 19 de agosto. Es decir, al momento de levantarse formalmente la sesión, ya 156 representantes se habían levantado por cuenta propia. 
 
Cosa distinta es ver el despliegue que los medios le dispensan, por ejemplo, a todo lo que tenga qué ver con la comunidad LGBTI. Resulta más importante el derecho de los gay a adoptar un niño o niña, a que ese niño o niña pueda recibir una adecuada atención sanitaria a lo largo de su vida.
 
En síntesis: no es que sobre estas cosas no se informe. Es que la información es precaria, sucinta y displicente porque, por cuestiones de rating (a la gente le gusta el morbo), tiene más acogida el manoseo de una respetable señora en TransMilenio que el manoseo de millones de pacientes en los hospitales.