IMPEACHMENT

IMPEACHMENT
Violeta Yangüela
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Dice Dilma Rousseff  que el proceso de impeachment a su mandato es un golpe de estado y “un impeachment sin base legal es un golpe.  Rompe el orden democrático”. Parecería que Dilma ha olvidado que en 1992 fue expulsado el presidente Fernando Collor de Melo con el mismo procedimiento de impeachment.
 
Se supone que la Constitución de Brasil incluye en uno de sus artículos que la violación a la ley presupuestaria está penalizada con un juicio político por lo que también se supone que si  es Constitucional no puede ser un golpe de Estado.
 
La solicitud del impeachment llegó al Congreso con la firma de tres juristas y uno de ellos, con  93 años,  Hélio Bicudo,  fundador del Partido de los Trabajadores.  Bicudo abandona el Partido por el escándalo en el 2005 del “mensalão”, una red por la que diputados opositores recibían sueldos paralelos  para aprobar proyectos oficialistas (“la asignación mensual”) y dice que “el caso de lava jato revela un desastre en Petrobras y da indicios de delitos acusables”.
 
Dice el documento de la solicitud: “A la luz de la legislación vigente se entiende que el Presidente de la Republica se esforzó contra la probidad administrativa, en primer lugar por no hacer efectiva la responsabilidad de su subordinados y en segundo lugar por proceder de manera incompatible con la dignidad, el honor y el  decoro de la oficina”.
 
El Brasil que diera la primera letra entre los países emergentes llamados BRICS, parecería que se enfrenta a un terremoto político y económico.
 
El programa estelar de los gobiernos de Lula y su discípula Dilma, la Bolsa Familia, convirtió a Brasil en el país estrella en la eliminación de la pobreza.  Las cifras parecerían desmentir esa afirmación.
 
Lo que comenzó en el 2003 con 3.8 millones de familias, en la actualidad abarca a 13.8 familias lo que sin duda implica un aumento considerable en la erogación de fondos destinados al programa Bolsa Familia.   Dicen los que llevan las cuentas que el 50% de las erogaciones se dedica a los programas sociales y el 25% de la población participa del programa, lo que representa 50 millones de brasileños.
 
Parecería que no se ha  eliminado la pobreza. Se subsidia. Se calcula que en 10 años se ha invertido 50,000 millones de dólares en el programa Bolsa Familia.
 
¿Y llegó la crisis!  La crisis de la bajada de los precios de las exportaciones  acompañada de la crisis política, corrupción incluida.
 
El  impeachment, consecuencia de la crisis política, conducido por las instituciones y  con los procedimientos establecidos por el marco legal,  ha desalojado a Dilma de la casa  presidencial.
 
La crisis económica prevé lo que en lenguaje popular se expresa con la frase “apretarse el cinturón” y que en otras latitudes han llamado  “austericidio”.  El presidente interino Michel Temer ya ha anunciado medidas para el recorte del gasto público.
 
Como dicen en México. “que les vaya bonito”.

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v.yanguela@codetel.net.do