BIENVENIDOS A LA TERCERA VÍA

BIENVENIDOS A LA TERCERA VÍA

(Nota de El Satélite).- Testimonios: Los de las narices tapadas que votaron por la reelección están oliendo más feo en el gobierno de Santos II que en el de Santos I. Ojalá les quede de consuelo, al menos, eso del proceso de paz con las Farc que les quitó el olfato a boca de urna

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¡Tan sofisticados!
Les confieso que estoy muy confundida. Tal vez no doy para tanta elegancia mental:
Cecilia Orozco Tascón(su columna en El Espectador)
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Sí, debe ser por mi escasa inteligencia que no alcanzo a comprender la manera tonyblair de gobernar. El inicio del segundo período Santos me deja con la boca abierta. Después del acto monárquico de posesión del jefe de Estado, se informa que, además del tradicional esquema de ministros para cada cartera, habrá un supervicepresidente de la República, un supersuperministro de la Presidencia y tres nuevos ministros-consejeros, de los cuales uno de ellos será un superministro-talla-medium, cuyo estatus será de menor rango que el del supervice y que el del supersúper, pero de mayor estatura que sus otros dos supuestos pares en Palacio. No es un trabalenguas. Es el resumen de lo que ha ido publicándose, cuando el mandatario o cada uno de los interesados explican en cuál de los escalones del poder ejecutivo estilo british vinieron quedando (como se dice en jerga popular y perdón por introducir en estas líneas el lenguaje del vulgo). Pese a la dificultad que enfrento, trataré de hacer la mejor traducción del sistema actual de gobierno:
El supervicepresidente Germán Vargas Lleras no se desempeñará solo como tal. El puesto es poca cosa para él. Además de vice, será el jefe de la ministra de Transporte (ahora sabemos por qué necesitaba sacar a Cecilia Álvarez), el superior del ministro de Vivienda (quien, a decir verdad, siempre ha sido su segundo), el director del ministro de Minas y Energía (con razón sobraba Amylkar Acosta) y el “coordinador institucional” —de acuerdo con sus propias palabras— de asuntos de Bogotá y de las regiones, o sea, el vigilante de alcaldes y gobernadores.
El supersuperministro de la Presidencia, Néstor Humberto Martínez, a quien (¿burlonamente?) la revista Semana puso en portada con traje de Supermán, será el chief off staff. Significa que les podrá pedir cuentas a todos los ministros o, en la estructura moderna, los “coordinará políticamente” en la administración, y a esta con los partidos y con el Congreso. Significa también que los ministros consejeros de Palacio, en vez de reportarle al presidente, se dirigirán a él. El enredo vendrá cuando se empiece a notar la invasión de espacios de los recontrasúper con los mortales. Si Martínez es el coordinador político, ¿qué hará el ministro del Interior? ¿Qué hará la “ministra consejera de Gobierno y Sector Privado”? Si Vargas Lleras es el coordinador de “gestión”, ¿cuál será el papel de los responsables jurídicos de cada cartera? ¿Secretarios suyos? Pero la pregunta fundamental es otra: ¿Qué hará el presidente? Semana responde: “dedicarse a pensar en grande”. Vea, pues.
Entre paréntesis I.- Según anunció el nuevo ministro de Justicia, Yesid Reyes, su bufete se cerrará “por completo” durante el tiempo que permanezca en su cargo. También afirmó, no que sustituirá sino que renunciará a los poderes que tiene en los procesos que llevaba como prestigioso litigante que ha sido. ¿Habrá otros altos funcionarios del cuatrienio que comienza, famosos abogados de intereses particulares que se cruzan con las decisiones oficiales, dispuestos a repetir este acto de transparencia? ¿O preferirán mantener vivos sus negocios por interpuestas personas?
Entre paréntesis II.- Mucho tilín, tilín y pocas paletas. Así fue la Contraloría de Sandra Morelli: aperturas de procesos aquí, embargos allá, alharaca diaria en ruedas de prensa acullá, luces, cámara, acción. Y al final: ¿Cuánto dinero contante y sonante recuperó el Estado por su gestión? ¿Cuántos casos llegaron a etapa de conclusión? ¿A cuántos “delincuentes”, graduados así por su entidad antes de pruebas, sancionó? Ay, este país todavía come mucho cuento. Está claro: la verborrea es, aún, fuente de gran éxito mediático.
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