“Experimentamos las lagunas de una sociedad programada sobre la eficiencia que, consecuentemente, ignora a los ancianos”: Francisco

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Octavio Quintero

(Marzo del 2015)

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¿Quién sabe qué tan cristiano pensará un gobierno como el de Santos cuando tiene en mente una nueva reforma pensional que busca equilibrar las cuentas del Estado a costa de nuevos sacrificios a la población de la tercera edad, cariñosamente llamados “Abuelos”.

A esa población se ha referido el papa Francisco en dos veces en los últimos 5 meses, y casi con los mismos términos, ha sentenciado que una sociedad que no aprecia ni respeta a los abuelos, es una sociedad que no tiene futuro.

El 28 de septiembre del 2014, con ocasión de la Fiesta de los Abuelos, el Papa consideró “un pecado” abandonar a los ancianos, inclusive en casas geriátricas donde viven olvidados y escondidos.

Fuera bueno refrescar esta reflexión en el siguiente enlace que le proporciona El Satélite: 

Las casas geriátricas

Y ayer, miércoles 04 de marzo, con motivo del ciclo que se desarrolla sobre la familia, el Papa volvió sobre el asunto para agregar que “una sociedad sin gratuidad es perversa”.

La denuncia más descarnada del Sumo Pontífice la hace cuando afirma que la alargada esperanza de vida de la sociedad contemporánea, ha multiplicado el número de ancianos, “pero nuestras sociedades no se han organizado lo suficiente para hacerles un sitio decoroso, con un justo respeto y concreta consideración por su fragilidad y su dignidad… Mientras somos jóvenes, somos inducidos a ignorar la vejez, como si fuera una enfermedad de la que hay que estar lejos; y luego, cuando nos hacemos viejos, especialmente si somos pobres, si estamos enfermos, si estamos solos, experimentamos las lagunas de una sociedad programada sobre la eficiencia, que, consecuentemente, ignora a los ancianos”…

También sobre esta reflexión vale la pena echarle de nuevo una mirada en el siguiente enlace que le proporciona El Satélite:

Es un pecado abandonar a los abuelos

A manera de epílogo, podría aclararse que la introducción de esta nota no es una crítica exclusiva al actual Presidente, sino que hace parte de un mal trato emprendido contra los ancianos y los enfermos desde la expedición de la Ley 100 en la administración Gaviria; proseguido en los sucesivos gobiernos de Samper y Pastrana, con las consiguientes reformas de la ley y sus reglamentaciones; acentuado ese mal trato en la administración de Uribe que por desgracia nacional se prolongó 8 años, y perpetuado en este gobierno que ya lleva cinco años, el último de los cuales montado sobre la falsa promesa de aliviarles la carga a los pensionados.

Y es por eso que podría volver a preguntarse ¿qué tan cristianos serán estos sedicentes católicos, apostólicos y romanos gobiernos colombianos que tan despectivamente tratan a la población de la tercera edad?