MÁS PAPISTA QUE EL PAPA

26.11.2014 11:15
El Satélite/Editorial
--
En memorable discurso del pasado martes 25 de noviembre ante el Parlamento Europeo, el papa Francisco dijo una verdad urbi et orbi: “¿Qué dignidad puede tener una persona que no tiene alimento, que no tiene trabajo?”.
El papa no está en la sintonía de Ariel Armel, el presidente de la Sociedad de Consumidores de Colombia que viene asegurando que “el pensamiento y la fe unidos” hacen la paz.
El nuevo profeta de la paz que ha conquistado Santos pregona que “repetir mentalmente un pensamiento, es ordenarle al cerebro que lo convierta en realidad. Y si el pensamiento es bueno y lo unimos a la fe, nada podrá derrotarlo. Por eso, antes de dormir y, luego, al despertar, repitamos mentalmente varias veces: ¡YO SOY PAZ!, ¡YO SOY PAZ!, ¡YO SOY PAZ Y LO CREO! Después, el subconsciente se encargará del resto”. Así de sencillo, le faltó decir.
Vamos a dividir a los colombianos entre ricos y pobres, ahora que también el gobierno habla del “impuesto a la riqueza” (anterior impuesto al patrimonio), para diferenciarlo del impuesto a la pobreza, o sea el IVA, que logra la incomprensible equidad de cobrarle lo mismo al rico que al pobre por una bolsa de leche.
- Digan conmigo los ricos: YO SOY PAZ, y en nombre de esa paz no se roben los impuestos; tampoco el sueldo de los trabajadores; ni especulen con los precios de los productos que importan o fabrican en el país; no le jalen el CVY con mermelada, el plato favorito de la corrupción, como el ‘corrientazo’ de la clase media hacia abajo. Yo veré…
Ahora, -digan conmigo los pobres: YO SOY PAZ, aunque tenga hambre; aunque no tenga trabajo, aunque no sepa de dónde voy a sacar para pagar el arriendo, los servicios públicos; cómo haré para comprar ese remedido que la EPS me niega. No se dejen distraer porque si no, el subconsciente lo traiciona…
Así de sencillo ve la cosa el doctor Armel… Claro que el papa Francisco la ve distinta, y repitamos con él: “¿Qué dignidad puede tener una persona que no tiene alimento, que no tiene trabajo?”. Y, de nuestra cosecha agreguemos: ¿Se puede aclimatar la paz en un escenario de gente indignada por un modelo económico que, nuevamente, en palabras del papa socaba las democracias “bajo la presión de los intereses de las multinacionales”?
Si lo de Armel es una publicidad, es decir, si le están pagando al Boletín del Consumidor por divulgar esa homilía, entonces, hablamos de una publicidad engañosa, caso del cual debe ocuparse la Superintendencia, alguna de tantas; si es gratis, estamos ante un alienado que se cree el cuento ese de que “querer es poder”.
-
Fin de folio/El dicho dice que un pesimista no es más que un optimista bien informado. La diferencia está en que cree lo mismo que el optimista pero sabe que nadie lo va a hacer.

—————

Volver