LA RECONQUISTA AGRARIA

14.10.2013 04:20

CEREALES SAGRADOS

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Irónicamente, a partir de estudios y recomendaciones provenientes de Europa y Estados Unidos, comienza a revalorizarse en algunos países suramericanos, especialmente, la importancia de la quínoa (o quinua) y el amaranto, productos originarios de estos territorios, resistentes al frío, la sequía, la altura y los suelos pobres,  de gran valor nutricional, que llegaron a ser sagrados para los incas, mayas y aztecas.

Precisamente por ser sagrados, fueron malditos por los curas y exterminados por los conquistadores, ya que permitían a los indígenas mantenerse correctamente nutridos, fuertes y de gran resistencia y desarrollo mental.

Así la conquista de América significó no sólo una dominación política y social sino también un avasallamiento alimentario. Las extensas plantaciones de quínoa y amaranto fueron quemadas y su consumo prohibido, dándosele el rotulo despectivo de “alimentos para salvajes”.

Me importa un bledo

Un dato curioso es que el término “bledo” parece ser el nombre que los conquistadores dieron al amaranto, y por eso se registra en el diccionario de la Real Academia Española (DRAE), como “planta anual de la familia de las Quenopodiáceas, de tallos rastreros, de unos tres decímetros de largo, hojas triangulares de color verde oscuro y flores rojas, muy pequeñas y en racimos axilares”. No puede ser otra que el amaranto, maldito por los curas y degradado por los conquistadores cuando acuñaron el término “me importa un bledo”, que refleja desde la conquista su sentimiento de desprecio a nuestros antepasados, su cultura y costumbres.

Lo paradójico es que 500 años después de este craso error histórico, no resarcido en lo económico ni reparado en lo político, nos provenga de afuera la instrucción y el ejemplo de que la quínoa posee el balance de proteínas y nutrientes más cercano al ideal de alimento humano por excelencia, al punto que la propia Nasa lo seleccionó como principal nutriente de los astronautas.

Irónicamente son ahora europeos y estadounidenses quienes nos enseñan cómo consumir los granos base de la alimentación en la ya profunda cuna de las civilizaciones amerindias.

La Reconquista Agraria

Aterrizando el tema, desde un par de poblaciones sabaneras: Subachoque y Tenjo, se ha emprendido los que pudiera llamarse “la Reconquista Agraria”.

La exdirectora de Prodensa, Gloria Quiroga de Carrillo, dedicada ahora por completo al estudio de estos productos, lidera su difusión y da ejemplo propio en su pequeña granja de Subachoque.

Ella traza el camino de la Reconquista, que bien pudieran seguir con más responsabilidad y recursos los alcaldes de estos municipios de la sabana cundiboyacense, teniendo en cuenta ese último informe de las Metas del Milenio en que se dice…

“La seguridad alimentaria depende de muchos factores. Pero el principal es la inversión agrícola. Se ha demostrado que esta inversión es capaz de generar dividendos en la reducción de la pobreza. Se estima que el crecimiento en agricultura es cinco veces más eficaz para reducir la pobreza que el crecimiento en cualquier otro sector, el industrial, por ejemplo”.

Ver: Hambre sin fronteras

La quínoa y el amaranto no son en realidad cereales, sino que pertenecen a otra rama botánica (quenopodiáceas), que incluye a verduras como la acelga y la espinaca. Sin embargo, y a pesar de que sus hojas tiernas son también utilizadas en alimentación, son sus semillas las que despiertan gran interés nutricional a causa de estudios que demuestran el gran potencial proteico.

Nota de ElSat

Este tema será persistente en El Satélite, tanto físico como virtual, acompañado de reportajes con dirigentes y organizaciones que ya están de frente en la Reconquista Agraria como la emprendedora Gloria y Leonardo N. Bruinsma, director de “Huertos Verdes” (www.huertosverdes.com).

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Fuentes/www.prama.com.ar/Quinoa y amaranto, cereales sagrados.

Gloria Virginia Quiroga de Carrillo (gloviqui@yahoo.es).

Leonardo Bruinsma (leonardo@huertosverdes.com)

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