La novela política de Vargas Llosa

08.04.2011 12:25

El más reciente nobel de literatura, Mario Vargas Llosa, se agarró del último eslabón que le quedaba para no hundirse en la historia política de su país, del que quiso un día ser Presidente, y salió derrotado por Fujimori.

Hoy, Keiko, una hija del proscrito Presidente, disputa el trono con Ollanta Humala; y nada le gustaría tanto a Vargas Llosa como verla derrotada pero (siempre hay pero), resulta que Ollanta es de izquierda, algo que le produce náusea y, más, si es amigo personal de Chávez.

Desesperado, el nobel toco vitrina a CNN (su casa), y con fina ironía pidió a sus paisanos salvar al Perú de tener que escoger entre el “cáncer o el sida”, en alusión a las dos cartas que muy seguramente se disputarán el balotaje dentro de un mes, ya que todas las encuestas indican que ni Ollanta ni Keiko, alcanzarán este domingo la mitad más uno de la votación para alzarse con la Presidencia en primera vuelta.

Quizás, no tanto por convicción como por conveniencia, el laureado escritor (eso sí, sin discusión), destapó su voto el domingo por el ex presidente Alejandro Toledo, en la esperanza de que pueda remontar el triple empate que mantiene con Keiko y Kuczynski y quedarse con la ficha del segundo lugar que le daría paso al balotaje de junio.

La incómoda posición de Vargas Llosa resulta de supeditar los principios ideológicos a los económicos. Decidió un día arrendar su pluma al fementido paraíso neoliberal, igual que muchos otros intelectuales que ahora vienen de regreso como esos “troncos viejos” que  las olas abandonan en las playas, después de mecerlos en sus crestas de alta mar.

Sólo por intereses económicos más que políticos, no puede ir con Ollanta; y no sólo no puede ir sino que al parecer ha recibido la orden de atajarlo a como dé lugar. Lo que ocurre es que esa aventura podría abrirle camino a Keiko, y entonces, pobre Vargas Llosa, contribuiría a dejar entapetado el camino de regreso del dictador al solio: ¡no puede ser!

La política le quita a Vargas Llosa lo que la literatura le ofrenda a borbotones: popularidad. 

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