EL POLO, LISTO PARA LAS ELECCIONES

19.05.2015 01:56

Opinión, El Satélite

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Es de suponer que hay un respiro de alivio en toda la izquierda colombiana frente a los resultados del congreso del Polo Democrático que terminó superando las discrepancias surgidas en la pasada campaña presidencial entre la presidenta del Partido, Clara López, y el más insigne estandarte de la oposición al régimen imperante, el senador Jorge Enrique Robledo.
 
Era lo menos que se pedía de una colectividad que no le ha ido bien en los últimos años en que ha visto emigrar de sus toldas en su pleno apogeo a figuras como Lucho Garzón (actual ministro de Trabajo) o, Gustavo Petro (actual alcalde de Bogotá), sin contar la vergonzosa y forzada baja que tuvo que dar por ladrón al exalcalde de Bogotá, Samuel Moreno, en cuyo mandato explotó el conocido carrusel de la contratación.
 
El Polo, como se predica en sus propios estatutos, es una alianza de matices de izquierda que lo distingue entre todas las demás colectividades políticas de estirpe gregaria, en el sentido en que cualquiera de sus decisiones tiene que pasar por un examen muy riguroso, tanto hacia el interior del Partido como hacia afuera, en donde los partidos de derecha que conforman el gobierno le miden cada paso que da, a ver si pueden seguir estigmatizándolo con su supuesto origen, o por lo menos proclive a los grupos armados.
 
Fue una de las estrategias triunfantes, por ejemplo, del expresidente Uribe contra el magistrado Gaviria en las elecciones del 2006, acusándolo una  y otra vez de auspiciar la combinación de todas las formas de lucha, mientras él mismo mantenía su alianza diabólica con los paramilitares que le ofrendaron a sangre y fuego la Presidencia en el 2002 y se la mantuvieron hasta el 2010.
 
Eso explica, y resulta importante la aclaración emitida por la reelegida presidente del Polo, Clara López, según la entrevista que le publica El Nuevo Siglo  (ENS), en el sentido de que en las próximas elecciones locales que se avecinan, y para las cuales se preparan todos los partidos, nadie del Polo “podrá hacer coalición proveniente de actores armados”.
 
Seguramente a la izquierda más radical le hubiera gustado que el veto se hubiera extendido a los partidos del régimen imperante. Pero parece que  dentro de los matices que conforman el Polo ha ganado espacio el pragmatismo que parece imponerse en la política contemporánea, el de las alianzas estratégicas “entre sectores sociales afines”, como lo señala la misma presidenta en la entrevista citada.
 
Eso de “sectores sociales afines” podría resultar muy importante en las próximas alianzas estratégicas con miras a las elecciones locales, pues, resultaría bien difícil a cualquier candidato del Polo explicar, por ejemplo, una alianza con el Centro Democrático, e hilando más fino, con los mismos partidos de la Unidad Nacional en donde la única afinidad social que se tiene es lo relativo a la paz, y eso a la mera negociación con las Farc, ya que lo del proceso de paz es otro cuento.
 
No hubiera sobrado dejar claro el asunto de las alianzas estratégicas en aras de preservar una ideología que definitivamente no comulga con el régimen neoliberal imperante en Colombia. De hecho, los del otro lado, es decir, los de ese régimen, han dejado claro que no harán alianzas con nadie que no comparta en pleno el gobierno de Santos, inclusive ni con los uribistas a pesar de que entre estos y esos, sí que hay afinidades; o mejor sería decir, lo único que los divide es la negociación de paz con las Farc, aunque a juzgar por los acercamientos que se vienen dando entre senador Uribe (“el patriota”) y el gobierno, poco será de aquí a la vuelta la distancia que los separa…

 

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