El negocio de la salud

15.05.2011 03:02

Salud y academias de medicina

 

DARÍO MORÓN DÍAZ


Médico Cardiólogo. Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia.

El Universal

14 de mayo de 2011

Vie, 05/13/2011 - 23:07 — maguilera

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Gustavo Malagón, Presidente de la Academia Nacional de Medicina, envió al Ministro de la Protección Social el pronunciamiento de esa entidad por la corrupción en la Salud.

En él expone los motivos del colapso y a la vez rescata el protagonismo de las academias durante estos años de crisis. El Pronunciamiento devela las falencias generadas por la Ley 100 de 1993.

Afirma Malagón que: Con el advenimiento de la atención “gerenciada” de la salud(managed care) que implantó en Colombia la Ley 100 de diciembre 23 de 1993 se modificó el contrato social del médico, al sustituir el imperativo hipocrático del bien del paciente, por una pretendida “justicia distributiva,” que llevó a Colombia al desastre en el sistema de atención en la salud.

“Los economistas neoliberales preconizan la privatización con ánimo de lucro y el libre mercado como factores de desarrollo y regulación. Propenden por debilitar el Estado e instituciones públicas. Manejan directa o indirectamente el sistema de salud.

“Es inexplicable que después de 17 años de creado el Sistema General de Seguridad Social en Salud, no exista un sistema de información con registro único y sí una Superintendencia Nacional de Salud, débil y adscrita al Ministerio de la Protección Social , dando amplio campo de acción a las aseguradoras, que son intermediarios financieros.

“El Sistema de Salud al crear el mercado de la salud requiere de mecanismos de vigilancia y control. Ni sistema de información, ni adecuada vigilancia, ni estricto control tiene el Sistema de Salud colombiano”.

Sin embargo, la Academia Nacional de Medicina, por ley órgano consultor del Gobierno, desde hace años advierte repetidamente tales fallas.

“El modelo ‘gerenciado’ de la salud es un cambio profundo en uno de los pilares de la estructura de la sociedad, el de la atención de la salud, altera el ejercicio de la medicina como la esencia misma de la profesión, con detrimento de la calidad de la atención. El modelo rompe el imperativo hipocrático e interfiere con la autonomía profesional”.

“El profesionalismo médico, enmarcado en un riguroso código de ética y deontología define su compromiso moral y de servicio a la sociedad, ejercido a través de la relación entre médico y paciente...”

La Academia de Medicina de Cartagena, contribuyó a la campaña contra la anodina Emergencia Social del gobierno anterior, mediante  resoluciones determinantes. Emergencia finalmente declarada inexequible por la Corte Constitucional.

La fusión de los Ministerios de Salud y de Trabajo rebajó la salud en el escalafón de la jerarquía gubernamental, mientras los entes intermediarios, las aseguradoras (EPS, ARS y ARP) se convirtieron en los verdaderos rectores del Sistema de Salud, captando recursos públicos inmensos, que son de carácter parafiscal.

La atención de la salud, que universalmente es un servicio social, en Colombia se convirtió en una incontrolada oportunidad de negocio y corrupción.

El aseguramiento en salud en Colombia tiene propósito comercial, fenómeno que la Academia Nacional de Medicina denuncia como una perversión de la moral social. Modelo que facilitó la corrupción imperante como lo denunció el presidente Juan Manuel Santos.

 

 

 

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