DE OÍDAS

24.06.2015 01:46

Opinión/El Satélite

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Hay que admitir que el gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz, ha manejado a los medios de comunicación con inusual prudencia frente a la investigación que se le sigue como presunto participante directo en el famoso escándalo del carrusel de la contratación, comandado por los hermanos Moreno Rojas (alcalde y senador), que se robó a Bogotá.

Antes de su reelección como gobernador, era vox populi oír decir de Cruz que buscaba la gobernación para continuar con los negocios montados en su primera administración (2001-2003), negocios de los que mucho se habló y nada se investigó.
Esta vez parece tenerla más dura, no obstante el evidente silencio que ha logrado montar al respecto… Si fuera Petro el sindicado, los medios estarían afónicos.
Ya no es de oídas sino de fuente oficial que se sabe que la Fiscalía General lo tiene “superenvainado”, como dicen los chinos de Bogotá, con un cargo de supuesto soborno al concejal Hipólito Moreno, hecho a través de una firma de la que sería socio.
Lo que tiene tan envainado al gobernador Cruz es que el concejal Hipólito ya confesó el delito, y quedó registrado dentro del prontuario por lo que fue juzgado y condenado. Salvo que el concejal de marras, aparte de ladrón ahora resulte también falso testigo, va a resultar muy difícil que Cruz se salve de ésta…
Y a nadie se le ha ocurrido pedirle la renuncia para que se defienda por fuera del cargo y, por supuesto, a él ni siquiera se le ha pasado por la cabeza ese elemental acto de dignidad en un país en donde hasta los altos magistrados de las cortes apelan a sus cargos para sacarle el bulto a la justicia. Por eso estamos como estamos…

 

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