CUANDO QUERER NO ES PODER

14.09.2014 16:32

Resulta importante saber qué somos para saber cuál es el camino de la paz perpetua que necesitamos emprender. No basta con firmar un acuerdo con las Farc o decir “soy capaz”, porque ni el acuerdo con las Farc es la paz ni querer es poder

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A partir de Petro (el senador) se hizo popular el epíteto de que somos “un Estado mafioso”: ¿Lo somos? ¿Se puede construir sobre un Estado mafioso la paz? A partir de los debates del senador Robledo en el Congreso, en especial el de la salud, bien bautizado como “el robo a la salud”; y posteriormente el mismo debate de Petro sobre el carrusel de la contratación en Bogotá, como paradigma de carruseles similares en todo el país nacional y territorial, convenimos en que somos un país muy corrupto ¿Se puede construir sobre un Estado corrupto la paz?
A partir de las chuzadas de Uribe a la oposición, a las altas cortes y a los periodistas; y posteriormente los escándalos de Andrómeda y el hacker Sepúlveda; también la politización de la Procuraduría y la Fiscalía, podría pensarse que somos un Estado sin culto a los derechos humanos y a los derechos políticos, un Estado de hecho y no de derecho. ¿Se puede construir sobre un Estado así la paz?
Y somos también un Estado inequitativo, de alta impunidad, gobernado por un poder dominante desde el sector económico, especialmente el financiero, y últimamente hemos caminado sobre notorios desconocimientos del derecho internacional de la Corte de la Haya, de la Comisión Interamericano de Derechos Humanos y de la OIT; y somos de los primeros en el mundo en desplazamiento forzado; en pobreza; en desempleo real, en ingobernabilidad, en fin…
El artículo 1º de nuestra Constitución establece: “Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”: ¿Lo somos?
Platón concebía el Estado como “un ente ideal”; Aristóteles lo definía como “una sociedad perfecta”; Rousseau lo funda en un "contrato social”; Kant, en la juridicidad y Kelsen como “una ordenación de la conducta humana”.
Si dentro de la conducta humana que rige a los colombianos, las negociaciones de paz que se adelantan en la Habana conducen finalmente a un proyecto de Estado como el que tenemos definido en ese artículo 1o de la Constitución Nacional, sobre todo en eso donde dice... "con prevalencia del interés general", entonces la campaña de “Soy capaz”, sí vale; si no se puede, es imposible, aunque se quiera.
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Fin de folio/el presidente Belisario ganó la presidencia en 1982 con un “Sí se puede” y no se pudo: recordar es vivir.

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