Con los crespos hechos

Fuentes cercanas a la CGT afirmaban en las últimas horas que el apoyo que esa central obrera ofreció a la candidatura a la Alcaldía de Bogotá a Gustavo Petro, le habría dañado el nombramiento al Secretario General, Julio Roberto Gómez, como nuevo ministro de Trabajo.

Gómez era fijo al cargo una vez se escindiera de nuevo las políticas laborales de las sociales, fundidas en la pasada administración en el Ministerio de la Protección Social.

El Secretario de la CGT había corrido con el albur de apoyar a Santos en la pasada campaña presidencial, no sólo por llevar en su fórmula al ex sindicalista, Angelino Garzón, gran amigo personal de Gómez, sino tras la posibilidad de que le dieran el Ministerio del Trabajo.

No se tiene claro por qué “le quitan” el Ministerio tan sólo por expresar una posición política en un país democrático, si todavía no es funcionario público; y si demás, se tiene ahora la idea de que Petro ha dejado de ser ese recalcitrante censor político del régimen, para ubicarse en una posición más al centro del modelo, casi que en esa hipotética “Tercera Vía” de la que tanto habla Santos.

Pero así ocurre en el incompresible mundo de Subuso en el que, con frecuencia, “ensillamos antes de tener la  bestia”.

De momento, el ganador es Santos que se ha quedado con central obrera de bolsillo (la CGT), “sin tener que ir a misa”, como dicen por ahí cuando alguien se gana todo sin poner nada.