¡POBRE CUNDINAMARCA!

21.08.2017 05:07

 

Jaque al Rey
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Por: Octavio Quintero
(RED-GES/EL SATÉLITE)
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Dice el connotado columnista de Semana.com, Daniel Coronel, que “Sin Bustos no hay paraíso”, haciendo un afortunado símil con la famosa serie de TV “Sin tetas no hay paraíso”, para dirigir contra el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, su segunda batería de cargos de corrupción dentro de las investigaciones que adelanta la Fiscalía por el llamado “volteo de tierras”.
En la primera columna, “El Rey de Cundinamarca” (22/07/2017), Coronel afirma que el gobernador ha sido mencionado en denuncias por 'volteo de tierras', pero nada ha sucedido. La mayor parte de las investigaciones quedaron en el escritorio del exfiscal anticorrupción, Luís Gustavo Moreno, archifamoso por sus elevados nexos con bien ubicados contactos en el alto gobierno, las altas cortes y los más distinguidos barones electorales.
En esta segunda oportunidad el columnista va más allá y conecta al gobernador con el expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Leonidas Bustos, otro que se va perfilando en la galería de los más altos corruptos que se vienen destapando en este episodio de escándalos que en sí mismo parece tapar escándalos más arriba.
Es la costumbre en países donde todavía la moral y la ética tienen algún valor, que funcionarios públicos señalados seriamente por actos impropios de sus altos cargos renuncien ipso facto para no salpicar al gobierno al que pertenecen, y para dar vía libre a la justicia en sus correspondientes investigaciones.
Aquí en Colombia sucede lo contrario: todos los funcionarios públicos y los políticos cuestionados por corrupción lo que hacen es atornillarse a los cargos para evadir en lo posible a la justicia y, además, seguir beneficiándose de los dineros públicos en su defensa.
Es el caso del gobernador Rey: no solo, al parecer, se llenó los bolsillos con el volteo de tierras en la Sabana de Bogotá, sino que ahora utiliza el presupuesto de Cundinamarca para contratar al exmagistrado con la sutil intención de que le tranque las investigaciones que le van pierna arriba. O sea que los contribuyentes sufrimos un doble perjuicio: primero por su indebido accionar como alcalde de Funza, y ahora por el indebido uso de los dineros públicos para hacerse a la defensa del cotizado exmagistrado.
Pero todavía más: un tercer perjuicio a la ciudadanía de su permanencia en el cargo es la ingobernabilidad que está permeando su administración. El gobernador debe estar dedicado en cuerpo y alma a atajar el escándalo, y en su prosecución, debe tener a buena parte de los funcionarios en ese propósito.
¡Pobre Cundinamarca!, de la que podríamos decir como se dice de esos pacientes desahuciados: “mal está el enfermo, ni come ni hay que darle”. El departamento de Cundinamarca, con la capital de la república en su seno, que debiera ser la insignia de la administración regional, es la estrella negra de los departamentos colombianos: hace mucho no pasa por su palacio de gobierno un gobernador impoluto y, por el contrario, lleva dos en línea: Cruz, preso dentro del proceso por el famoso “carrusel de la contratación en Bogotá”, y este Rey, en jaque-mate, que sigue parado en el tablero simplemente porque no tiene el valor ético de inclinarse ante las circunstancias.
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Fin de folio.- ¿Tenemos ética los colombianos? No es sino mirar los valores que han guiado a lo largo de los años nuestro comportamiento humano en la sociedad, y que cada cual saque conclusiones.

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